YEPETO Comedia dramática de:
ROBERTO TITO COSSA
CON LAS ACTUACIONES DE:
OSCAR RAMOS-
DAMIÁN GRASSI-
SABRINA RAMOS. DIRECCION:DANIEL GRANA
4 NOMINACIONES A LOS PREMIOS CARLOS 2013 TEMPORADA TEATRAL 2013- VILLA CARLOS PAZ.
OSCAR RAMOS- NOMINADO MEJOR ACTOR PROTAGÓNICO
DAMIÁN GRASSI -NOMINADO MEJOR ACTOR DE REPARTO
MEJOR COMEDIA DRAMÁTICA
MEJOR GUIÓN
GANADORA PREMIOS CARLOS 23013: MEJOR GUIÓN MEJOR COMEDIA DRAMÁTICA
"Yepeto" es una comedia dramática de tono realista. Pone en juego la lucha entre lo físico y lo intelectual, la sabiduría y la belleza, la juventud y la vejez, la presencia y la ausencia. Cuenta la historia entre un escritor y docente cincuentón y un joven deportista, quienes en un breve lapso se encuentran varias veces. Los une el amor a la misma mujer, una adolescente estudiante de literatura, alumna del primero y novia del segundo. Mediante discusiones Antonio cuestiona la relación íntima entre el profesor y Cecilia. Denuncia el interés especial del profesor por su novia. Paralelamente el profesor mediante estrategias discursivas profundiza el conocimiento de Cecilia mediante las descripciones de Antonio. Se va estableciendo una amistad entre ambos que echará luz sobre la personalidad de la mujer ausente. Esa ausencia tan presente en las conversaciones de los protagonistas instala la idea que Cecilia los utiliza como inspiración para su propia obra. Esta situación implica un giro central que modifica las percepciones y abre una puerta onírica que remite al inconsciente del profesor.
REALIZAMOS FUNCIONES DE TEATRO EDUCATIVO APTAS PARA TODO PÚBLICO EN ESCUELAS, COLEGIOS, INSTITUTOS DE FORMACIÓN PROFESIONAL, INSTITUCIONES DE BIEN PÚBLICO, UNIVERSIDADES, ORGANISMOS PÚBLICOS Y PRIVADOS, CONGRESOS, SEMINARIOS, EVENTOS...
QUIENES COLABORAN
PROFESIONALES DE PRIMER NIVEL ESPECIALISTAS EN LAS TEMATICAS ABORDADAS- DOCENTES- ALUMNOS- ARTISTAS- PERIODISTAS
FUNCIONES REALIZADAS EN AMERICA DEL SUR
ARGENTINA, BOLIVIA, BRASIL, COLOMBIA, MEXICO, PARAGUAY, URUGUAY, VENEZUELA
EL TEATRO VIVE
¡EL TEATRO VIVE!
En estos 21 siglos, siempre ha estado encendida la llama del teatro en algún rincón de la tierra.
Al teatro, siempre se le ha decretado la muerte, sobre todo con el surgimiento del cine, la televisión y ahora los medios digitales. La tecnología invadió los escenarios y aplastó la dimensión humana, se intentó un teatro plástico, cercano a la pintura en movimiento, que desplazó la palabra. Hubo obras sin palabras, o sin luz o sin actores, sólo maniquíes y muñecos en una instalación con múltiples juegos de luces.
La tecnología intentó convertir al teatro en fuego de artificio o en espectáculo de feria.
Hoy asistimos a la vuelta del actor frente al espectador. Hoy presenciamos el retorno de la palabra sobre el escenario.
El teatro ha renunciado a la comunicación masiva y ha reconocido sus propios límites que le impone la presencia de dos seres frente a sí que se comunican sentimientos, emociones, sueños y esperanzas. El arte escénico está dejando de contar historias para debatir ideas.
El teatro conmueve, ilumina, incomoda, perturba, exalta, revela, provoca, trasgrede. Es una conversación compartida con la sociedad. El teatro es la primera de las artes que se enfrenta con la nada, las sombras y el silencio para que surjan la palabra, el movimiento, las luces y la vida.
El teatro es un hecho vivo que se consume a sí mismo mientras se produce, pero siempre renace de las cenizas. Es una comunicación mágica en la que cada persona da y recibe algo que la transforma.
El teatro refleja la angustia existencial del hombre y desentraña la condición humana. A través del teatro, no hablan sus creadores, sino la sociedad de su tiempo.
El teatro tiene enemigos visibles, la ausencia de educación artística en la niñez, que impide descubrirlo y gozarlo; la pobreza que invade al mundo, alejando a los espectadores de las butacas y la indiferencia y el desprecio de los gobiernos que deben promoverlo.
En el teatro hablaron los dioses y los hombres, pero ahora el hombre habla a otros hombres. Por eso el teatro tiene que ser más grande y mejor que la vida misma. El teatro es un acto de fe en el valor de una palabra sensata en un mundo demente. Es un acto de fe en los seres humanos que son responsables de su destino.
Hay que vivir el teatro para entender qué nos está pasando, para transmitir el dolor que está en el aire, pero también para vislumbrar un rayo de esperanza en el caos y pesadilla cotidiana, para divertirnos y para divertir.
